Naturaleza, comodidad, innovación: Hacia un modelo contemporáneo de sostenibilidad

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5 julio, 2017 · 5 mins de lectura

Crear soluciones siempre más innovadoras y sostenibles para vivir es uno de los retos fundamentales de nuestro tiempo. Una nueva sensibilidad medioambiental ha permeado muchos sectores en las últimas décadas, influenciando y sensibilizando nuestro estilo de vida, de hacer empresa, de concebir los espacios y, obviamente, de hacer arquitectura.

Una nueva conciencia medioambiental se ha trasladado a todos los que forman parte de un ciclo que se encarga de establecer una relación entre el entorno, un edificio y quien lo habita, con el objetivo de garantizar el bienestar humano e ir progresivamente eliminando su impacto sobre el medioambiente.

El arquitecto español Luis Garrido definió la verdadera arquitectura sostenible como “aquella que satisface las necesidades de sus ocupantes, en cualquier momento y lugar, sin por ello poner en peligro el bienestar y el desarrollo de las generaciones futuras”. Favorecer la sostenibilidad implica entonces que muchos de los actores de la arquitectura estén alineados y conscientes. Arquitectos, proveedores, artesanos, ingenieros, gobiernos ciudadanos, directivos de empresas, todos contribuyen en la gran transformación de nuestro modelo hacia uno profundamente sustentable e innovador. Las ciudades emergen como actores en alza en la gran transformación de nuestro modelo. Los Ayuntamientos más iluminados reconocen estas nuevas prácticas y se están adelantando en la creación de espacios pensados para este equilibrio.

Tarifa, en Andalucía, se está moviendo en esta dirección. La iniciativa público-privada de reordenación de los cerros de Albacerrado es un ejemplo brillante. El ambicioso proyecto busca crear un nuevo modelo residencial: abierto, ecológico, estratégico, sostenible, socialmente útil. Diseñado como un gran foro de encuentro entre el presente y el pasado, el proyecto de Tarifa encarna un nuevo concepto de urbanización totalmente integrado con el paisaje y sus características. Se le dio forma a toda la zona residencial utilizando materiales procedentes de la reutilización de residuos de cerámica de fábricas locales de ladrillos, así como de elementos prefabricados para fachadas que reducen drásticamente la cantidad de cemento utilizado, y agregando protecciones solares en tela en toda la instalación. Pero hemos aprendido que, en nuestros días, la sostenibilidad verdaderamente efectiva no se limita exclusivamente al uso de materiales ecológicos y energías renovables sino que tiene un alcance más amplio.

Promovido por el Ayuntamiento de Tarifa y por Metrovacesa, el proyecto surge de una conciencia contemporánea sostenible, y la intención detrás del proyecto es lograr la sostenibilidad ecológica en este espacio natural único, y crear viabilidad económica y social a largo plazo para la actividad turística. El proyecto eliminará la estacionalidad de la oferta turística actual, generando equipos y servicios que permitan la ocupación durante todo el año, así como el mantenimiento del empleo local de manera permanente, siempre con la salud, el deporte, la naturaleza y el paisaje como valores compartidos.

Desde el punto de vista de la construcción, todas las áreas residenciales se construyen en un modelo abierto en el que los edificios se desarrollan a lo largo de las laderas de las colinas, protegiendo al edificio de la acción del viento de manera natural creando así una ventilación natural, superficies de agua y plantas. En lugar de encerrar el área urbanizada, parece que el mismo viento ha separado los edificios: esta elección estética e inteligente genera espacios libres y dinámicos para actividades, reuniones públicas, integrando la vegetación y dejando entrar a la naturaleza.

Otro proyecto se genera a partir de esta misma conciencia, aplicando estas prácticas contemporáneas a los edificios de oficinas. El edificio, ubicado en la calle de Josefa Valcárcel en Madrid, ha sido desarrollado por Metrovacesa con el objetivo de reducir drásticamente el impacto ambiental. El objetivo de reducir las emisiones de CO2 está fuertemente entrelazado con la eficiencia energética, que se logra mediante un concienzudo estudio de la envolvente del edificio con especial atención al estudio del soleamiento y un cuidadoso diseño de la totalidad de las instalaciones del edificio que incluye, entre otros elementos, una instalación fotovoltaica de alto rendimiento en la azotea y una iluminación 100% led controlada individualmente para cada uno de sus elementos, todo ello diseñado para reducir al máximo las necesidades energéticas. Además, por supuesto, un uso inteligente de materiales reciclados y sostenibles. Otro gran activo del proyecto es la reducción en el consumo de agua a través de la medición inteligente.

 

Por último, ahora es esencial comprender la satisfacción humana como centro de las prácticas sostenibles. Frente a esta realidad, además de aplicar medidas especiales para regular la ventilación y la calidad del aire en el interior, los espacios se diseñaron para ofrecer a sus usuarios grandes vistas del exterior y áreas bien iluminadas, inundadas de luz natural, y que proporcionen una gran comodidad y calidad de vida. Todo esto permitió que el edificio implementara con orgullo las más prestigiosas certificaciones internacionales de sostenibilidad, LEED ‘ORO’ y BREEAM ‘MUY BUENO’, que Metrovacesa decidió adoptar para mostrar un nuevo modelo de construcción que fusiona valores de sostenibilidad con diseño de alta calidad, comodidad del usuario, cultura del respeto medioambiental, eficiencia y prácticas innovadoras, poniendo de manifiesto su compromiso como empresa hacia ese enfoque sostenible contemporáneo.