Jorge Pérez de Leza:Somos una generación de directivos jóvenes y muy preparados.

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5 julio, 2017 · 11 mins de lectura

Es ingeniero industrial. Se ha formado entre la Pontificia de Madrid y Harvard. Es un optimista tenaz que está acostumbrado a superar retos. Sabe que el mercado inmobiliario ha cambiado y está convencido de la necesidad de crear un nuevo modelo de compañía. Su visión se fundamenta en la innovación, la sostenibilidad, la transparencia y la accesibilidad. Ha creado una fundación que promueve el deporte entre personas que sufren de discapacidades. Pone el cliente en el centro y cree en una relación donde “siempre hay que dar la cara”.

¿Por qué Metrovacesa? ¿Qué actividad lleva a cabo y cuál es su objetivo?

El objetivo de Metrovacesa es ser líder por marca. Ser la marca líder implica, además de cuidar al cliente, ofrecer un producto de calidad, diferenciado del resto en cuanto a diseño, tecnología y sostenibilidad. Tener una marca con cien años de historia detrás garantiza calidad y un trato inmejorable durante todo el proceso de promoción. También cuidamos la innovación en la parte constructiva, utilizando tecnologías innovadoras e invirtiendo en ellas.

¿Por qué mantener la marca MVC en esta nueva fase?

Metrovacesa ha gozado siempre, durante toda su existencia, de un reconocimiento positivo. Que una marca se mantenga durante tanto tiempo significa que la compañía funciona y destaca por su calidad y buen trato al cliente.

¿Dónde se encuentra Metrovacesa dentro del mercado actual? ¿Cómo ha cambiado el mercado inmobiliario español desde la crisis: crees que ha empezado un nuevo ciclo?

Metrovacesa ha sabido mantener un núcleo de profesionales experimentados y capacitados, lo que ahora nos permite volver a crecer, y transmitir tanto formación como valores a la gente nueva que se incorpora a la compañía. Metrovacesa, durante la crisis, fue capaz de preservar ese eje. La competencia, si bien cuenta también con muy buenos equipos, no ha mantenido esa coherencia. El cliente, por su parte, necesita más cuidado. Es un cliente más informado, está interesado en los interiorismos, en la sostenibilidad y accesibilidad del edificio, en las zonas verdes y un diseño que se integre con el entorno. También está más informado, ya que, con el uso de las nuevas tecnologías, puede comparar con mucho más criterio.

¿Cómo describirías, en líneas generales, la actual situación del sector inmobiliario en España?

Creo que el sector está renaciendo. La verdad es que estamos muy emocionados. Si bien no hay burbuja, ni todo son flores, como en Barcelona o Madrid, el resurgir macroeconómico español y la creación de empleo están fomentando la compra de viviendas. Creo que la situación macro seguirá evolucionando de manera positiva y, por tanto, el sector, después de siete años en que se han construido de manera residual, volverá a tener un peso importante en la comunidad española.

Hay que tener en cuenta además la pujanza de la vivienda en alquiler. Surge por ello un nuevo cliente que es el operador de viviendas de alquiler. Algunos promotores serán capaces de enfocar parte de su producto a este nuevo segmento. El perfil del promotor cambiará. Hay una nueva generación de promotores jóvenes y muy profesionales que opera de forma más transparente, dinámica y adaptada a los nuevos tiempos. Ciertos promotores locales que solo piensan en vender no desaparecerán. Dentro de cinco años, la diferencia entre un producto contemporáneo de calidad, y otro menos atractivo, menos cuidado y menos sostenible, como puede ser el ofrecido por algunos promotores locales, se tendrá aún más en cuenta. Por ello es necesario diferenciarse más allá del coste.

Por primera vez desde la crisis, constructoras y promotoras dijeron el año pasado que era uno de los mejores momentos del mercado en veinte años. ¿Estás de acuerdo?

En España, en los últimos siete años, no se inició prácticamente ninguna vivienda. En 2013, el suelo tenía un valor prácticamente nulo. Dos años después, al tiempo que crecía la actividad de transacciones de suelos, se comenzaron nuevas construcciones. Ahora es un buen momento porque el suelo aún está barato. Los costes de construcción, de momento, están ajustados, aunque creo que subirán algo a corto y medio plazo. Empieza a haber demanda en Madrid, Barcelona, Valencia, País Vasco. Toda obra nueva se vende. Comercialmente hablando, por tanto, es un momento dulce.

¿Crees que es un buen momento para comprar una vivienda?

Comprar y alquilar no son simplemente decisiones económicas. Muchas veces influye también la necesidad de movilidad geográfica, por cuestiones laborales o familiares. Al español le gusta comprar vivienda, sin embargo, creo que es positivo que existan alternativas de alquiler y de compra.

Desde el punto de vista del consumidor, ¿crees que los precios de alquiler seguirán creciendo?

Todo dependerá de la libertad que se le dé al mercado. Una mayor regulación en la limitación de la renta, a la larga, tiene un efecto negativo en el mercado. El inversor o el dueño de la vivienda, cuando la renta está limitada, la saca del mercado, porque no merece la pena tenerla en alquiler. Las restricciones reducen el número de viviendas en el mercado y eso genera más inflación de precios.

Lo que hace falta es más oferta de alquiler. En cuanto a la vivienda en venta, los precios dependen de las zonas. El precio medio en Madrid o Barcelona está un 30% por debajo del que fue su pico, y en el resto de España, un 40% y hasta un 50% más bajo. Estamos lejos de la burbuja.

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El Gobierno dará hasta 10.800 euros a los menores de treinta y cinco años que compren su primera casa a partir del año que viene. ¿Servirán estas medidas para estimular el sector?

Ayudarán, sobre todo, a la gente joven, que es, en mi opinión, el segmento más perjudicado, el que tiene más dificultad de acceso a la vivienda. Es la generación que ha sufrido la crisis de lleno. Su poder adquisitivo no ha crecido como podría haberlo hecho. En ese sentido, hacen falta claramente ayudas que potencien su capacidad de compra. Aunque no sabría decir qué medida es más efectiva, no tengo ninguna duda de que es necesario ayudar específicamente a ese segmento de población.

La ayuda directa es útil, pero es un gasto específico que tiene que ir contra el presupuesto de la comunidad autónoma o del Gobierno. Pensando en vivienda de alquiler, una opción podría ser la concesión de suelo público a un inversor, para que construya la vivienda y la alquile. A los treinta años, ese suelo y todo lo construido pasaría de nuevo a manos del Gobierno. Por un lado, el inversor, al no haber pagado el suelo, puede alquilarlo y obtener rentabilidad; por otro, el Estado no se despatrimonializa, ya que no pierde el suelo. Lo cede y luego lo recupera.

Hay muchos españoles que sueñan con comprar su primera vivienda, sin embargo, en la mayoría de los casos, su situación salarial no se lo permite. ¿Cómo puede MVC acompañarlos en este proceso?

Nosotros le ofrecemos calidad, tranquilidad y seguridad. El cliente sabe que Metrovacesa va a construir con calidad, que va a resolver todas las posibles cuestiones de postventa. Trabajamos siempre con arquitectos reputados de confianza y supervisados por nuestro equipo técnico. Colaboramos con compañías técnicas, cuyos máximos niveles y estándares, si bien nos hacen menos eficientes en cuanto a costes, le garantizan a nuestros clientes productos de calidad.

¿Qué papel desempeña el cliente en la nueva Metrovacesa?

Queremos estar cerca del cliente. Nuestra compañía, aunque tiene un perfil de cobertura nacional, es muy local. Esta no es una compañía dirigida desde Madrid: tenemos delegaciones con equipos locales muy enfocados, que entienden perfectamente lo que necesita el mercado en cuanto a gustos, tamaños, calidades y estilo de vida. Sabemos que un cliente de Lleida no tiene nada que ver con uno de Córdoba.

Acompañamos el cliente durante todo el proceso: no sólo ofrecemos un alto grado de personalización, también queremos facilitarle toda la información sin que tenga que llamar para obtenerla.

En los últimos años han cambiado muchas cosas: desde el crecimiento de la conciencia ambiental del cliente, hasta la aparición del nuevo contexto digital. Si antes se pensaba todo más estilo B2B, ahora hay que entender mucho más al consumidor. ¿Compartes esta visión?

Sin duda. El cliente debe estar enterado de lo que ocurre a lo largo del proceso. Nuestros clientes pueden consultar constantemente el avance de la obra, ver fotos, lo que hace el proceso más transparente. Por otro lado, hay que explicar las posibles desviaciones. No hay que esconderse, sino dar la cara.

La confianza del consumidor en las instituciones, en especial las bancarias, se ha desplomado en los últimos años. Metrovacesa es una promotora ligada a bancos. ¿Cómo puede ayudar la transparencia a la hora de recuperar la confianza del cliente?

Para el cliente, el hecho de que el accionista sea un banco no debería ser algo negativo. Creo que se ha demonizado en exceso el mundo de los bancos. Es un cuerpo de accionistas potente que puede asegurar la supervivencia de la compañía durante otros cien años. Metrovacesa es una compañía, y si los accionistas son ahora puramente bancos, es algo circunstancial, que se debe a una reestructuración de la compañía por motivos de financiación. Dentro de diez años, los accionistas actuales seguirán presentes, pero de una manera más fragmentada.

Ha surgido un nuevo tipo de promotoras que presentan muchas diferencias en comparación con aquellas que había antes de la crisis. ¿Cuáles serán los principales ejes de Metrovacesa?

En la etapa actual, las compañías profesionalizadas —entre las cuales está Metrovacesa— van a tener un mayor peso. Ofrecen mejor atención al cliente, cuidan mejor del producto, conocen mejor el mercado local, piensan más en la sostenibilidad. Somos una generación de directivos jóvenes. Y así es como llegaremos mejor a los nuevos clientes.

¿Se ha aprendido de los errores del pasado reciente? ¿Qué diferencia a Metrovacesa de los nuevos actores del mercado?

Primero, la buena calidad de nuestra cartera de suelo. Además, nuestra cobertura geográfica es más amplia que la de otros competidores nuevos, lo que significa que podemos ofrecer mayor variedad de viviendas de calidad. Por otro lado, nuestro accionariado y nuestra historia hacen que Metrovacesa no tenga un accionista de corto plazo que luego desaparezca. Está muy claro que esto es capital español y que tiene permanencia. Creo que eso nos distingue.

Las redes han roto la barrera del domicilio, al tiempo que han ampliado el horizonte de deseos y aspiraciones. ¿Cuán importante es acompañar a las personas en la personalización de su hogar?

Es importante conectar con el cliente y sus demandas. Para ello, el producto básico ha de ser adaptable, hay que trabajar con arquitectura local y dejar personalizar los interiores.

¿Qué le dirías a alguien que quiere comprar una vivienda?

Que pruebe Metrovacesa. Que pregunte a alguien que haya comprado a Metrovacesa cuál ha sido su experiencia. Que quedará totalmente satisfecho con el proceso. Lo que quiero es que el cliente se sienta cómodo. Quiero ser la mejor compañía, la mejor valorada; que el cliente tenga siempre una experiencia positiva.

Eres una persona acostumbrada a los retos difíciles. A nivel personal, ¿qué supone asumir el mando en esta nueva fase de Metrovacesa?

Como dices, me he enfrentado a situaciones complicadas en mi vida, y he descubierto que, con ilusión, trabajo y energía, las cosas se sacan adelante. Al aceptar el reto de relanzar una compañía como Metrovacesa, vi claro que la marca tenía un enorme potencial para ser de nuevo líder de mercado. Me he visto gratamente sorprendido por el equipazo que hay aquí dentro y por las ganas que tiene de trabajar. Es un reto muy gratificante. Estoy dispuesto a dar todo lo necesario para cumplirlo. Lo haré no solo por satisfacción personal, sino también por el equipo que hay detrás, por la marca que hemos heredado y por los accionistas que apoyan el reto de levantar esta compañía.

Imagino que el tema de la accesibilidad será también un eje en la nueva Metrovacesa.

Sí, hay especial atención a temas de accesibilidad. En un edificio con escaleras y rampa, el 99% de la gente optará por la rampa, porque es más cómodo. El 1% subirá por la escalera, porque la rampa está llena o porque va hablando por el móvil y no ha visto la rampa. Nosotros perseguimos una accesibilidad funcional, no solo para personas con movilidad reducida, como es en mi caso, sino para el cliente en general.