Si hay un capítulo en el que el mantenimiento del hogar resulta fundamental, es el relativo a los suministros. Si bien es cierto que tanto la instalación eléctrica como la de fontanería pueden pasar varios lustros sin someterse a mejoras, en el caso del gas la cosa cambia.
A la hora de hablar de una revisión de la instalación de gas debemos diferenciar, eso sí, entre lo que es la propia instalación en su conjunto y la caldera. En el primero de los casos, la instalación de gas no se somete a una revisión sin más sino a una inspección, mientras que en lo que respecta a la caldera sí se trata de una revisión. No obstante, unas y otras son obligatorias, aunque con matices.
Revisión de la caldera de gas ¿en qué consiste?
Con independencia del tipo del tipo de caldera, lo cierto es que todas están sujetas a un mantenimiento más o menos recomendable, cuando no obligatorio. En el caso de la revisión de la caldera de gas, por ejemplo, esta debe realizarse de manera insoslayable cada dos años, salvo aquellas con potencia superior a los 70Kw que se revisan anualmente. Otras como las de pellet o gasóleo se hacen también anualmente o en función de lo que recomiende el fabricante.
- Revisión de caldera de gas: cada dos años
- Revisión de caldera de gas superior a 70kw: cada año
- Revisión de calderas de pellet y gasóleo: cada año (ver recomendaciones del fabricante)
Al contrario que la inspección de la instalación de gas, la revisión de la caldera de gas supone constatar que el funcionamiento de la misma es correcto o, lo que es lo mismo, trabaja de manera energéticamente eficiente, con seguridad y en las condiciones óptimas para su durabilidad. El propietario del aparato es quien asume la responsabilidad de la revisión.
Tanto los propios fabricantes de las calderas como las compañías comercializadoras (que habitualmente disponen de un servicio de mantenimiento para sus clientes que incluye la revisión obligatoria de la caldera de gas) pueden llevar a cabo estas labores de revisión. No obstante, si ninguna de las opciones te convence, también puedes contratar un técnico independiente acreditado para estos trabajos.
En todo caso, la revisión de la caldera de gas no es solo una cuestión obligatoria que, en principio, debería estar controlada por parte de las comunidades autónomas. También es la mejor garantía para evitar averías o prevenir un mal funcionamiento de los aparatos.
Cuándo es obligatoria la revisión de la instalación de gas
La revisión de la instalación de gas tiene carácter de inspección y, en este caso, arroja diferencias con respecto a la de la caldera. La primera tiene que ver con los plazos. Si no tienes claro cada cuanto se revisa la caldera de gas debes saber que, al menos, tiene que hacerse una vez cada cinco años. Con esta inspección no solo se revisa el estado de conservación general, sino también el funcionamiento y estanqueidad del contador y de todo el conjunto de la instalación que, en este caso, incluye también las tuberías, las llaves y las gomas.
- Revisión de la instalación de gas: cada cinco años
Otra de las diferencias con respecto a la revisión de la caldera de gas es que, en el caso de la instalación, es la empresa distribuidora la que debe velar por su realización. De hecho, corresponde a la misma notificar, con al menos tres meses de antelación, la necesidad de llevar a cabo la inspección. Eso sí, como en el caso de la caldera, también aquí el consumidor puede contactar con una empresa autorizada para llevar a cabo la revisión de la instalación de gas y remitir a la distribuidora la documentación con el resultado de la misma. De lo contrario, la distribuidora enviará a su personal.
En todo caso, conviene tener claros ciertos aspectos clave ya que, en torno a estas revisiones, se han producido numerosas estafas, principalmente, entre la población más vulnerable. Como decíamos, lo primero es que las distribuidoras no se presentan en el domicilio sin más, sino que avisan varios días antes de la fecha de la inspección de la instalación de gas. También es importante saber que el pago por la revisión se efectúa a través de la factura, incluso, cuando hayamos contactado con una empresa externa.
En este sentido, el montante final incluye, por un lado, los gastos de gestión de la distribuidora que son fijos y, por otro, la propia inspección cuyo precio dependerá de si hemos contactado con una empresa externa (habrá que pactarlo con ellos) o con el personal de la distribuidora (regulado por las comunidades autónomas).