Decoración con espejos

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9 julio, 2019 · 5 mins de lectura

Existen multitud de diseños de espejos y es que son una herramienta tan funcional como decorativa ¡Descubre su origen y posibilidades!

No hay que ser un narcisista para caer en la tentación de buscar tu reflejo en todo tipo de superficies capaces de devolver una imagen realista de aquello que se proyecta sobre ellas. Espejos grandes de pared, escaparates de locales comerciales, espejos decorativos, pequeños espejos de mano… Las posibilidades son infinitas y es que es un recurso que, desde tiempos inmemoriales, ha acompañado a la propia naturaleza humana.

Su versatilidad hace de ellos un elemento con múltiples aplicaciones prácticas y la decoración con espejos es una de las más populares. De hecho, cualquier escenario es susceptible de verse engalanado por los distintos tipos de espejos disponibles en la actualidad. Pero ¿siempre fue así? Lo cierto es que detrás de este objeto se esconde una historia de culturas y escenarios de cuento que han sabido explorar su potencial hasta convertirlo en el recurso cotidiano que conocemos hoy.

El reflejo del agua, el origen del reflejo en el espejo

Aunque la decoración con espejos es una práctica relativamente reciente (con siglos de historia, eso sí), siempre han estado presentes entre nosotros. Los más puristas tal vez aporten algún tipo de objeción a esta afirmación pero no hay dudas de que el origen de los espejos hay que buscarlo en la propia naturaleza. ¿Sorprendido? Mejor hagamos una pequeña aclaración. Piscinas naturales, ríos, lagos, estanques… El agua ha sido una precursora de lujo de los espejos propiamente dichos y, aún hoy, sigue teniendo cierta relevancia a la hora de decorar jugando con la percepción visual.

Pero más allá de la complicidad de los elementos naturales, los expertos sitúan el origen del espejo moderno dos siglos atrás. El responsable de la hazaña fue el químico alemán Justus von Liebig. Considerado uno de los pioneros en el estudio de la química orgánica, desarrolló un proceso mediante el cual se aplicaba una delgada capa de plata a un lado de un panel de vidrio, una técnica que más tarde sería adaptada y mejorada para propiciar la producción masiva de diferentes tipos de espejos en todo el mundo.

Antes, eso sí, hay quienes sitúan en la Turquía actual los primeros espejos realizados en obsidiana pulida hace 8000 años aunque, a lo largo de la historia se han encontrado multitud de tipos de espejos antecesores de los modernos. De cobre pulido en Mesopotamia y Egipto entre los años 4000 y 3000 a.c.; de piedra pulida mil años después en América Central y del sur; y hasta fabricados en bronce originarios de China e India.

Aunque la decoración con espejos es una práctica relativamente reciente, siempre han estado presentes entre nosotros.

Espejos decorativos grandes: la Galería de los Espejos de Versalles

Las paredes con espejos son, hoy en día, un recurso habitual en proyectos de interiorismo. Sin embargo, siglos atrás, los espejos decorativos grandes fueron algo más que un recurso estético aplicado con mayor o menor acierto. En la Francia de Luis XIV sirvieron para poner en pie la que ha sido considerada una auténtica hazaña de la época: la Galería de los Espejos de Versalles.

Hasta entonces, Venecia guardaba con celo el secreto de la técnica conocida como ‘mercurio’, la única capaz de fabricar espejos grandes de pared y de alta calidad, surgida a finales del siglo XV en la isla de Murano. La creación de la Galería de los Espejos de Versalles puso fin a esa supremacía italiana, demostrando la riqueza y éxito artístico de los galos.

Concluida en 1684 y sometida a diversos procesos de restauración, la Galería de los Espejos de Versalles se extiende sobre una superficie de más de 750 metros cuadrados en los que, cerca de una veintena de inmensos ventanales permiten que la luz del sol penetre en el interior realzando la belleza del conjunto. Las paredes con espejos se materializan en 17 arcos enfrentados a los generosos ventanales, sumado 357 piezas de espejos grandes de pared unidos por varillas y clavos de bronce labrado.

La ostentación es, sin duda, una de las señas de identidad de esta obra monumental que da buenas muestras de destreza arquitectónica y técnica. La presencia de los espejos decorativos grandes en el interior, unas dimensiones impensables hasta el momento, crea un efecto óptico inédito en los palacios de la época.

El papel de los espejos decorativos en casa en la actualidad

Tipos de espejos hay muchos pero, a la hora de hablar de diseño de interiores, lo habitual es centrar la atención en los espejos decorativos. Aunque dentro de esta categoría podemos encontrar propuestas cóncavas y convexas (tradicionalmente empleadas para la fabricación de útiles de trabajo tales como cámaras, telescopios y similares), lo más frecuente es optar por espejos decorativos planos.

¿Es un recurso meramente estético? Definitivamente no. Los diferentes diseños de espejos contribuyen al encanto de cualquier composición pero su papel va más allá. Bien ubicados son una potente herramienta para hacer que cualquier espacio parezca más grande e, incluso, puedes emplearlos para mejorar el Feng Shui del hogar.

Esta filosofía milenaria concede a los espejos decorativos un papel fundamental para manipular las energías y recomienda, por ejemplo, evitar situar todo tipo de espejos frente a las puertas para evitar la pérdida de energías positivas. Eso sí, tanto si optas por espejos grandes de pared como por cualquier otro diseño de espejos para tu hogar ten cuidado con lo que refleja porque, al igual que puede potenciarlo, también puede devolverte las malas vibraciones por el efecto ‘rebote’.

En el recibidor, el baño, el salón, el dormitorio… ¡Busca los espejos decorativos que más te gusten y explora su potencial para engalanar tu hogar!

La ostentación es, sin duda, una de las señas de identidad de esta obra monumental que da buenas muestras de destreza arquitectónica y técnica.