El suelo patrio esconde multitud de tesoros muchos de los cuales tienen que ver con la historia y la singular arquitectura de buena parte de sus territorios. Los patios cordobeses son ese tipo de joyas que hay que visitar al menos una vez en la vida. No es un capricho, es que la propia Unesco los ha distinguido como Patrimonio de la Humanidad.
Estos espacios al descubierto son todo un reclamo que, cada año por el mes de mayo, congrega a miles de turistas en torno al tradicional Festival de los patios cordobeses.
Herencia primero de la domus romana y más tarde de la casa tradicional islámica, los patios cordobeses han convertido las flores en una de sus señas de identidad. Pero hay mucho más.
El patio cordobés: estilos y características
Quien más y quien menos ha visitado en alguna ocasión un espacio al aire libre dentro de una vivienda de estas características. Sin embargo, los patios de Córdoba tienen sus propias particularidades. En origen, la importancia de este tipo de espacios estaba vinculada a la recogida del agua, así como a la entrada de luz e incluso la salida de humo de la casa.
Las relaciones familiares y sociales también se propiciaban en estos patios, entre cuyos estilos podemos diferenciar básicamente tres:
- Casas patio, viviendas unifamiliares.
- Las antiguas casas solariegas convertidas en casas de vecinos en las que, el alquiler de sus habitaciones, convertiría los patios en epicentro de la vida común.
- Las casas unifamiliares adosadas con patios comunes como espacio de convivencia entre familias.
Además de ser punto de encuentro para familiares, vecinos y amigos, los patios de Córdoba comparten un rasgo común que ha hecho que su fama trascienda de la intimidad y es que, desde la calle puede apreciarse su existencia.
Esa apertura al exterior, así como sus paredes encaladas, muros repletos de macetas con plantas y flores o los míticos suelos de chino cordobés o losas de barro, constituyen buena parte de su encanto además de contribuir a crear en ellos áreas de frescura envueltas en su particular microclima.
El riego en un patio cordobés
Sin duda la frescura que aportan los patios cordobeses (estos espacios pueden registrar hasta siete u ocho grados por debajo de la temperatura en los días de más calor) es parte de su encanto. Pero para conseguir esa sensación térmica no solo son importantes los materiales, sino que las plantas y flores juegan un papel fundamental.
Y he ahí dónde surge otras de las cuestiones que muchos visitantes se hacen ¿cómo riegan los patios cordobeses sus propietarios? Sin duda, no es una cuestión baladí, aunque en muchos casos, la clave hay que buscarla en la relación heredada de estos espacios con el agua. Fuentes, pozos y acequias están presentes en muchos patios cordobeses. Sin embargo, el riego tradicional ‘regadera en mano’ es una de las opciones más habituales.
De hecho, el cuidado de estos patios no entiende de vacaciones. Hay que prestar atención a lo largo de todo el año si se quiere llegar al festival de los patios de Córdoba en perfecto estado.
Festival de los patios cordobeses
Al lado de esta singular arquitectura, se ha desarrollado el llamado Festival de los patios cordobeses, una cita que, cada año por el mes de mayo congrega a miles de visitantes. Recorriendo las estrechas callejuelas del centro de la ciudad es posible descubrir multitud de estos rincones llenos de encanto, patios cordobeses de casas particulares que muchos vecinos abren para deleite de los turistas.
El barrio del Alcázar Viejo, Santa Marina o el entorno de la Mezquita-Catedral de Córdoba son las zonas que concentran la mayor parte de los patios cordobeses que, desde 1918 abren sus puertas para deleite de los visitantes. Eso sí, no fue hasta 1921 cuando el Ayuntamiento decidió organizar por primera vez el Concurso de Patios, Rejas y Balcones o, lo que es lo mismo, lo que hoy conocemos con el Festival de los patios cordobeses.
A través de este certamen se reconocen tanto el esfuerzo económico como personal de los vecinos para mantener vivos estos espacios. Cuestiones como la variedad floral, el cuidado de las macetas o la iluminación, son aspectos valorados por el jurado en cada edición del Festival. Básicamente existen dos categorías, que distinguen los patios de arquitectura moderna o renovada (aquellos con menos de 50 años) de los patios de arquitectura antigua (para patios cordobeses con más de medio siglo de historia).
Cómo visitar patios cordobeses
La respuesta a la cuestión de cómo visitar los patios cordobeses depende de la época del año en la que tengamos previsto acudir a la ciudad. Durante la celebración del Festival de los patios, pueden visitarse entre las 11 y las 14 horas y las 18 y las 22 horas, siendo el acceso totalmente libre y gratuito. No obstante, también es posible visitar muchos de estos patios a lo largo del resto del año, a excepción de los meses de enero, febrero, julio y agosto ya que permanecen cerrados.
En todo caso hay que tener en cuenta que se trata de viviendas privadas. En consecuencia, la visita debe realizarse desde el máximo respeto tanto hacia los propietarios, como hacia el resto de visitantes, principalmente durante el mes de mayo cuando se registra una mayor afluencia. Incluso es posible contratar visitas guiadas con guías locales para evitar aglomeraciones o conocer los secretos que esconden algunos de estos patios cordobeses.
Consejos para decorar un patio al estilo cordobés
Como decíamos líneas atrás, los patios de Córdoba tienen unas señas de identidad propias. Sin embargo, nada hay que impida trasladar ese encanto a un patio a miles de kilómetros de la ciudad. Para decorar un patio al estilo cordobés son fundamentales tres aspectos:
- Paredes vestidas de blanco.
- Pantas y macetas principalmente en los muros.
- Contar con elementos de agua tales como pozos, acequias o similares, siempre que sea posible.
Los suelos de chino cordobés o barro también son propios de los patios cordobeses, lo mismo que pintar las macetas de azul o rojo e incluir entre las variedades de plantas y flores: las gitanillas, los claveles, los geranios o las petunias colgantes.