Comprar una casa supone una de las inversiones más importantes que realizaremos a lo largo de nuestra vida y protegerla es, más que una opción, una necesidad. La herramienta clave para salvaguardar la integridad de la propiedad es contratar un seguro del hogar que, en definitiva, no es otra cosa que un instrumento capaz de proteger económicamente la vivienda frente a los riesgos que puedan acontecer.
Aunque en España no es obligatorio disponer de un seguro de hogar, salvo que la vivienda esté hipotecada o sea un requisito exigido en el contrato de alquiler de la misma, sí que resulta muy recomendable. Si bien es cierto que todo depende del tipo de póliza, por lo general, estos productos ofrecen garantías económicas ante situaciones tales como daños eléctricos, por agua, incendio… Eso sí, hay que leer bien la letra pequeña para que tanto las coberturas como el precio del seguro de hogar se ajusten a lo que necesitamos realmente.
Qué hay que tener en cuenta al contratar un seguro del hogar
Un seguro del hogar es, en esencia, la suma de diferentes garantías que, en la práctica, son las que aportan tranquilidad al tomador. Es decir, las coberturas incluidas en la póliza son el alma del seguro del hogar, no en vano, serán las que determinen en qué casos puede hacerse o no uso del mismo.
La mayoría de las compañías ofrecen pólizas multirriesgo, esto es, protegen ante diferentes imprevistos. En todo caso, hay coberturas imprescindibles y otras que, básicamente, sirven para añadir valor al producto final justificando así un precio más elevado, aunque sea poco probable que hagamos uso de ellas.
Sea como fuere, a la hora de contratar un seguro del hogar es imprescindible asegurarse de que cuenta con cuatro coberturas básicas:
● Daños en el continente
Hace referencia a la cobertura de la vivienda en sí misma, esto es, estructura, paredes, suelo, ventanas, fachada… En este caso lo fundamental es tener claros qué siniestros cubre el seguro del hogar y cuáles no e, incluso, informarse de los supuestos en los que estaría protegida la propiedad por el seguro de la comunidad de vecinos para poder afinar aún más el precio.
● Daños en el contenido
Incluye todo aquello que está dentro de la vivienda, desde muebles hasta enseres, pasando por equipamientos y similares. Dentro de la misma suelen incluirse otras garantías tales como la cobertura por daño eléctrico, daños por agua, estéticos… Aquí, antes de contratar el seguro del hogar, es importante aclarar si todo ello se asegura por su valor de reposición real o, por el contrario, se aplica depreciación por antigüedad.
● Responsabilidad civil
Es una de las coberturas más importantes, sobre todo, si queremos evitar problemas con los vecinos. Esta garantía se activa en el caso de causar daños accidentalmente a terceros como consecuencia de un problema en nuestra vivienda. Piensa, por ejemplo, en un incendio, una explosión por un escape de gas o la rotura de una tubería. Sin esta cobertura, será el titular quien deba asumir el pago de las indemnizaciones que, como puedes imaginar, pueden llegar a ser muy cuantiosas.
● Defensa jurídica
Al contrario que la anterior, la cobertura de defensa jurídica del seguro del hogar es la que defiende los intereses del tomador en caso de que un accidente o avería termine en los tribunales. Básicamente se trata de asumir los gastos judiciales ocasionados en caso de que haya que demandar a un vecino que no quiera atender los daños ocasionados en tu vivienda; o aquellos derivados en caso de que la demanda sea, al contrario.
Cuánto puede costar de media un seguro del hogar
El precio de un seguro de hogar responde a multitud de factores. Las coberturas incluidas en la póliza, por ejemplo, son un punto de partida perfecto para empezar a calcular y es que, a mayores coberturas, mayor precio. Sin embargo, no es lo único que entra en juego a la hora de calcular el valor de la prima que, por lo general, suele situarse en la horquilla de los 300 a los 500 euros al año para viviendas a partir de 90 metros cuadrados.
Aspectos tales como la antigüedad de la vivienda, las características particulares del inmueble, los materiales de construcción, la ubicación, el tamaño, el uso o el tipo de calefacción, por ejemplo, también serán claves a la hora de realizar el cálculo de la prima, esto es, el precio del seguro de hogar. En cualquier caso, es importante revisar los límites de las coberturas para no caer en el error de contratar lo que los expertos llaman un ‘infraseguro’ o, por el contrario, caer en una situación de ‘sobreseguro’ pagando de más.
La clave está en calcular adecuadamente los valores del continente y contenido para ajustarse al máximo a la realidad. Del mismo modo, conocer las exclusiones y límites del seguro del hogar es básico para no llevarse sorpresas.
Siniestros más comunes en el hogar
Nadie contrata un seguro de hogar pensando que tendrá que hacer frente a un accidente doméstico pero lo cierto es que los imprevistos ocurren y pueden ocasionar graves daños en la vivienda. Aunque un incendio o una explosión de gas pueda sonar algo exagerado, hay otras situaciones más frecuentes ante las que una póliza apropiada será el mejor aval.
Entre los siniestros más comunes en el hogar se encuentran, entre otros:
● Daños por agua
Una tubería rota, una lavadora con una fuga, una bañera que se desborda… Sí, el agua es una gran enemiga cuando es la causante de un siniestro. Más allá de la posibilidad de causar una inundación, puede ocasionar daños irreversibles en la pintura de las paredes, el mobiliario, el suelo o la casa de los vecinos.
● Daños eléctricos
La caída de un rayo en las proximidades del hogar, una tormenta y hasta una subida de tensión son otro de los motivos de algunos de los siniestros más comunes en el hogar. Los daños eléctricos pueden ocasionar desde un malfuncionamiento en un ordenador que estuviera enchufado a la red en el momento del siniestro, hasta la pérdida de cualquier tipo de actividad en hornos, neveras, vitrocerámicas, televisores…
● Fenómenos atmosféricos
Viento, nieve y agua o, lo que es lo mismo, los fenómenos atmosféricos también ocupan un lugar de excepción entre los siniestros más comunes en el hogar. En estos casos, los destrozos pueden ser cuantiosos por lo que, dependiendo de la zona en la que vivamos, no está de más asegurarse de en qué supuestos y en cuáles no estaremos cubiertos.
● Rotura de cristales
Espejos, ventanas, mesas de cristal… El catálogo es amplio tanto que, en muchos casos, esta garantía se toma como una cobertura más dentro del propio seguro del hogar. Más allá del coste que pueda suponer la reposición, lo cierto es que un cristal roto es un peligro para toda la familia.