El mercado de la vivienda está registrando cifras que no se veían desde los máximos alcanzados antes de la crisis del 2008.
Son muchos los que a la hora de plantearse comprar una vivienda se sienten perdidos en la mejor forma de financiación dado que es complejo valorar qué es más óptimo: una hipoteca fija o una hipoteca variable. Además, en los últimos años se ha empezado a conceder un modelo mixto que aúna ambas opciones.
No hay una respuesta correcta acerca de cuál de ellas es mejor, dependerá del perfil del comprador y los años de préstamo. Además de estos dos factores, escoger entre una hipoteca fija o una variable depende en gran medida de la tolerancia al riesgo de cada uno. Las personas con carácter estable suelen decantarse por la tranquilidad de una cuota fija, sin embargo aquellas con conocimientos en el mercado y un poco menos de predilección por la tranquilidad optarán por las hipotecas variables.
Características de una hipoteca fija
Como puede deducirse de su nombre, las hipotecas fijas no varían en la cuantía mensual. Esta condición es firmada ante notario el mismo día que la compraventa y será constante toda la vida del préstamo. La cuota puede bajar si el comprador decide amortizar algo del préstamo de manera adelantada, pero nunca subir dado que el interés de crédito se mantiene estable.
Como decíamos líneas atrás, esta opción suele ser la preferida de quienes tienen un carácter más conservador en términos financieros. Además, en la decisión de inclinarse por esta opción también entra en juego la vida del préstamo. Generalmente las hipotecas fijas son suscritas con aquellos que tienen una vida de hipoteca muy amplia entre los 20 y los 30 años. Donde las predicciones del mercado se hacen complejas y se decide apostar por el mínimo riesgo, aunque, a priori, se pague una cuota de intereses más alta que con la opción de hipoteca variable o la hipoteca mixta.
En la coyuntura actual las principales entidades financieras ofrecen intereses realmente bajos para los plazos fijos por lo que son muchos los que están optando por esta firma de financiación. Aunque, como se exponía en el párrafo anterior, su máxima rentabilidad viene dada en préstamos a largo plazo y no para inmuebles con vida entre los 10 o 15 años.
Características de la hipoteca variable
La hipoteca variable, como avanzaba el punto anterior, es perfecta en la coyuntura actual y si el préstamo no supera los 15 años. Estos productos varían en función de un interés fijo previamente pactado (muy inferior al de las hipotecas fijas) más el valor del índice Euribor.
Este índice es variable y si la hipoteca tiene una vida muy amplia puede suponer un gran desembolso de intereses. Sin embargo, el Euribor está marcando mínimos en torno al -0.5%, por lo tanto, es una opción más que recomendable. Las predicciones económicas auguran que además esta tendencia va a mantenerse en los próximos años.
En este sentido, si la elección sólo se basara en este factor la hipoteca variable sería la mejor opción. Aunque, como comentábamos, este índice puede cambiar a lo largo del tiempo y es una opción poco recomendable no solo para aquellos que evitan el riesgo, si no para quienes planean una compra con préstamos muy extensos en el tiempo.
Características de la hipoteca mixta
La hipoteca mixta es una opción poco frecuente que aúna ambas hipotecas tanto la fija como la variable. Este tipo de productos combinan una cuota fija los primeros años para pasar a una variable a partir del décimo año.
Dado el gran desembolso que supone la compraventa de una vivienda algunos optan por esta opción dado que les permite conocer durante los primeros años de la vida del préstamo la cuantía sin ningún sobresalto.
No suele ser recomendada dado que el tipo variable puede dar sorpresas en la segunda parte de la vida de la hipoteca. Sólo hay una excepción en la que estos productos encuentran su ventaja. Las hipotecas mixtas parten de un fijo muy atractivo y es recomendable para aquellos clientes que prevén amortizar gran cantidad del préstamo sin esperar a llegar a la parte variable.
Conclusiones
La firma de una hipoteca no es una cuestión baladí, por eso no solo es importante informarse de las diferencias entre una hipoteca fija, una hipoteca variable y una hipoteca mixta. Además de esto él o la futura propietaria debe tener en cuenta otros factores que suelen ser inherentes a este tipo de préstamos como por ejemplo los seguros. Muchas entidades conceden préstamos fijos bonificables con la contratación de estos productos y es importante tenerlo presente dado que puede ser una opción interesante.
Como recapitulación recordar:
- Las hipotecas fijas son una buena opción en los casos en los que se busque tranquilidad y estabilidad. Además, es la mejor opción para préstamos largos: entre los 20 y los 30 años
- Las hipotecas variables son perfectas para aquellos que no excederán los 20 años en su adquisición, dad la coyuntura actual son las más competitivas
- Por último, las hipotecas mixtas, son un producto a tener presente si se cuenta con amplia capacidad de amortización y se busca la tranquilidad de una hipoteca fija.