Ventajas e inconvenientes del suelo radiante

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18 diciembre, 2020 · 5 mins de lectura

El suelo radiante se ha convertido en un sistema de climatización muy popular en las últimas décadas, destacando sobre todo por su menor consumo energético respecto a los sistemas de calefacción tradicionales. Este sistema de difusión de calor ofrece muchas ventajas para obtener un confort óptimo en viviendas, locales comerciales u oficinas, pero su instalación también resulta más costosa y reviste mayor complejidad técnica.

Para quienes estén considerando instalar una calefacción por suelo radiante, conocer cómo funciona este innovador sistema de climatización, con sus pros y sus contras, será muy útil para determinar si se trata de la solución óptima para su vivienda o negocio, teniendo en cuenta las necesidades funcionales y el presupuesto.

Qué es la calefacción por suelo radiante

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Aunque el suelo radiante se considera un sistema de calefacción de última generación, sus orígenes se remontan hasta el siglo I a. C. Los hipocaustos típicos de las termas romanas, que utilizaban agua caliente para calentar el interior de los baños, se consideran el primer precursor de este tipo de instalación. Pero ¿qué es la calefacción por suelo radiante? Básicamente, este sistema de difusión de calor consiste en una red de tuberías instaladas bajo el pavimento a través de las que circula el agua caliente o fría. El calor generado se irradia sobre la superficie para calentar la estancia o refrigerarla, en el caso del suelo refrescante.

Además de las tuberías, normalmente fabricadas en polietileno, el suelo radiante cuenta con una banda perimetral, que funciona como aislamiento entre la instalación y las paredes. Estos elementos se cubren después con una capa de mortero, sobre la que se instala el pavimento.

También existen versiones de suelo radiante eléctricos o hilo radiante, que utilizan una red de resistencias para generar calor, utilizando la electricidad como fuente de energía. Además, aunque normalmente se ubique bajo el pavimento, también puede instalarse en techos y paredes.

Ventajas de instalar suelo radiante

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●       Bajo consumo energético

En los sistemas de suelo radiante la temperatura del agua oscila entre los 30 y los 45º, muy por debajo de las temperaturas de impulsión necesaria en los sistemas de calefacción convencionales, que necesitan alcanzar entre 80 y 85%. Además, el caudal necesario para su funcionamiento también es pequeño, con tubos de entre 6 y 10 milímetros de diámetro, por lo que su consumo energético es mínimo. Comparado con la calefacción tradicional, el suelo radiante puede reportar ahorros de entre el 10 y el 20% en tu factura energética.

●       Mayor confort térmico

Con un sistema de climatización de suelo radiante, el calor -o el frío- irradia desde el suelo y se expande hacia arriba, sin corrientes de aire, mejorando la sensación de confort térmico en los espacios interiores. Además, la distribución del calor resulta más uniforme, al no depender de la ubicación de los radiadores. Esta forma de distribuir el calor convierte al suelo radiante en una solución óptima para calentar estancias con techos altos, como oficinas.

●       Climatización ecológica

Si combinamos el suelo con sistemas de generación de calor basados en energías renovables, como la geotermia, la aerotermia o la energía solar térmica, conseguiremos un sistema de climatización de alta eficiencia, respetuoso con el medio ambiente.

●       Libera espacio útil

Al instalarse bajo el suelo, sin radiadores ni elementos externos, el suelo radiante es totalmente invisible y nos permite disponer de mayor espacio útil, lo que resulta muy interesante en estancias con pocos metros cuadrados. Su instalación solo requiere un armario empotrado para los colectores hidráulicos.

●       Opción de climatización en frío

Aunque la calefacción por suelo radiante sea su modalidad más conocida, este tipo de instalaciones también pueden funcionar como sistemas de refrigeración con agua fría. De esta forma, con un único sistema conseguiremos un ambiente interior óptimo, tanto en invierno como en verano.

Inconvenientes de instalar suelo radiante

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●       Costes de instalación

Si bien su bajo consumo energético hace del suelo radiante una opción bastante rentable a largo plazo, su instalación también requiere una mayor inversión inicial que un sistema de calefacción tradicional. Instalar suelo radiante en una vivienda de unos 100 metros cuadrados puede costarnos entre 3.000 y 8.000 €, dependiendo de las características particulares de cada proyecto.

●       Inercia térmica

Dentro de las características del suelo radiante, también destaca su alta inercia térmica: el sistema tarda más en calentarse o enfriarse que un radiador, pero también mantiene la temperatura durante más tiempo una vez apagado. Esta peculiaridad hace que su uso sea adecuado para viviendas habitadas o espacios con una alta ocupación, pero no resulte aconsejable si se trata de viviendas de baja ocupación o si solo necesitamos encender la calefacción durante unas pocas horas al día.

●       Peligro de condensación

Si optamos por el suelo radiante como sistema de refrigeración, es fundamental controlar el nivel de humedad para prevenir problemas de condensación. En estos casos, resulta altamente recomendable que un técnico estudie las características particulares del inmueble, teniendo en cuenta su situación geográfica, para que nos aconseje sobre el sistema de climatización más conveniente.

●       Complejidad técnica

A pesar de sus grandes ventajas, la instalación y el mantenimiento del suelo radiante también reviste mayor complejidad técnica que una calefacción al uso o un sistema de aire acondicionado. Por esta razón, siempre es recomendable dejarla en manos de un instalador profesional cualificado, con los conocimientos y experiencia necesarios para realizar este tipo de obras. Más allá de la instalación, revisar la instalación de forma periódica también nos será de gran ayuda para detectar a tiempo posibles averías y mantener el sistema siempre en óptimas condiciones.