¿Alguna vez has mirado tu saldo en la cuenta pensando que tenías más pero resulta que tienes menos y no sabes en qué te has gastado esa suma? Cuidado, pues podría tratarse de los famosos y muy molestos gastos hormiga.
¿Qué son los gastos hormiga?
Los gastos hormiga se llaman así porque son pequeñas cantidades de dinero que suelen gastarse de forma inconsciente. Normalmente haces este tipo de gastos cuando pagas con tu tarjeta para comprar los cafés de la mañana o a lo mejor cuando no tienes suelto y pagas hasta dos euros en el supermercado.
Pero a los gastos hormiga también pertenecen algunos pequeños placeres cotidianos o compras que haces que en realidad no necesitas. Como son cantidades muy pequeñas, no suponen un gran desembolso para tu economía. Generalmente, cuando pagas sueles decir “¿por qué no?” y comprobar que aún te queda suficiente dinero en la cuenta.
Sin embargo, estas transacciones tienen efectos perjudiciales para la economía y te impiden, en gran medida, tener una capacidad de ahorro.
Tipos de gastos hormiga: ¿Cómo afectan tu economía?
Debes saber que los gastos hormiga por lo general se reducen a importes que no superan los tres euros. Los pagos suelen hacerse a diario y varias veces a lo largo del día. Al hacer la suma a fin de mes, te encontrarás con que has gastado un importe considerable de dinero.
Uno de los ejemplos de gastos hormiga más característico son los tradicionales cafés que puedes comprar antes de ir al trabajo o el snack de media mañana. La periodicidad de este tipo de gastos es otra de sus características.
Por otra parte, no suelen contabilizarse y pasan desapercibidos. Aunque merman la economía, puedes evitarlos una vez que logres identificarlos. Además, una vez que identifiques los gastos hormiga que tienes en tu día a día, verás que son innecesarios o que pueden sustituirse por soluciones más baratas.
Aprende a identificar los gastos innecesarios
Si te preguntas cómo reducir gastos hormiga, debes saber que lo primero es identificarlos. Si pagas con tarjeta todas tus compras, te será más fácil saber en qué te estás gastando el dinero. Una vez a la semana consulta la app de tu banco o tu banca en línea y verás todos los micropagos que has hecho. Los más habituales son los cafés, refrescos y bocadillos de tu lugar de trabajo.
Si, por ejemplo, un café te cuesta 2,00 euros (dependiendo de dónde vivas), descubrirás que has gastado alrededor de 10,00 euros a la semana; lo mismo aplica con los refrescos de la máquina expendedora.
Cuando usas efectivo es un poco más difícil, pero no imposible. Saca una cantidad fija para gastar por semana y anota en qué estás empleando ese dinero. ¡Puedes escribirlo hasta en el móvil!
En España los gastos hormiga están muy bien repartidos entre los distintos sectores económicos, siendo la restauración la que gana. Buena parte de la población prefiere comer fuera a llevarse el tupper de casa. Hablamos de que el precio de un menú diario puede alcanzar hasta los 15,00 euros.
También en nuestro país se suele gastar dinero en los servicios de entretenimiento. Como bien sabes, hay una gran oferta de plataformas de streaming para ver películas, escuchar música y hasta leer libros. ¡Valora cuáles utilizas verdaderamente!
Y si perteneces al grupo de los fumadores, entonces los gastos hormiga también son considerables. Más del 20% de la población española consume tabaco de forma habitual y el gasto depende de la persona, la marca y por supuesto, de cuántos paquetes por semana fumas.
Los gastos hormiga en el hogar son también más que abundantes. Comprar por ejemplo una marca específica de fregaplatos o papel higiénico que cuesta unos céntimos más es un gasto hormiga, al igual que comprar una marca concreta de galletas o cereales.
¿Cómo evitar los gastos hormiga?
Una vez que los identifiques podrás evitarlos fácilmente. No quiere decir que te deshagas de todos los gastos, sino que puedes aprender a controlarlos. Necesitas saber diferenciar qué es lo que vale la pena comprar y qué es lo que no o cómo puedes sustituirlo.
¿Sabías que con todo el dinero que gastas comprando café en la calle en unos meses podrías comprarte una cafetera de cápsulas? Compra el termo y llévate el café a la oficina y, por qué no, también puedes llevarte la cafetera contigo (hablando antes con tu jefe, por supuesto).
En cuanto a comer fuera de casa, ¡nada mejor que llevarse tuppers! Eso sí, siempre de comida fría, aunque si tienes microondas en la oficina, no tendrás ningún problema. Si el menú diario de tu restaurante de confianza te encanta, ¿por qué no limitarlo a una vez por semana? Por ejemplo, los viernes: nada como una buena recompensa por haber concluido la semana de trabajo con éxito. Llévate también a la oficina tus snacks de media mañana o media tarde.
Además, te aconsejamos emplear métodos de transporte alternativos si no te renta pagar un abono de transporte: Ir a pie, en bicicleta o monopatín son soluciones no solo económicas, sino saludables. Y claro, si eres de los que coge taxi buena parte de la semana, nada como ir en metro o autobús.
En casa sustituye las marcas de prestigio por marcas blancas siempre que sea posible. Todos los supermercados españoles cuentan con un buen surtido de productos de marca blanca que son baratos y de calidad. Empieza por cosas como el papel higiénico o hasta las cremas de verduras precocinadas.