La fórmula más habitual para obtener rentas por una vivienda o local es ponerla en alquiler. En este caso es imprescindible contar con un contrato de alquiler, el documento que recogerá tanto las obligaciones como los derechos de propietario e inquilino sobre la propiedad en cuestión.
Si nos limitamos al ámbito residencial -también pueden alquilarse locales comerciales, naves industriales y otro tipo de inmuebles o propiedades- el contrato de alquiler debe dejar claro que las partes establecen una serie de compromisos durante un tiempo determinado. El acuerdo es de obligado cumplimiento entre las partes. De ahí que resulte fundamental saber cómo hacer un contrato de alquiler legal para que, a futuro, no sea fuente de problemas.
Recurrir a los servicios de un profesional es la manera más fácil de asegurarse la legalidad del contrato de alquiler, aunque también puedes hacerlo tú mismo teniendo presentes algunas recomendaciones
Pasos para hacer un contrato de alquiler correctamente
Recopila información
En plena era de la transformación digital estar informado es más fácil que nunca. Antes de ponerte manos a la obra para hacer un contrato de alquiler tú mismo, es importante hacer acopio de información. Conocer las leyes que rigen este tipo de documentos, así como los pormenores a tener en cuenta para una correcta redacción es fundamental.
No obstante, si tienes dudas, siempre puedes acudir al asesoramiento de un profesional antes de incluir alguna cláusula de dudosa legalidad. Incluso, algunas administraciones y organismos públicos ofrecen información interesante al respecto. Además, en internet también puedes encontrar multitud de modelos de contratos que te servirán de base a la hora de hacer un contrato de alquiler correctamente.
Analiza el mercado
Antes incluso de pensar en hacer un contrato de alquiler tú mismo es importante que conozcas el mercado. Analiza la zona, consulta la oferta disponible y ajusta tus expectativas a la realidad. Un análisis pormenorizado del barrio, las características del inmueble y tus necesidades te permitirá fijar algunos aspectos básicos que deberás reflejar en tu contrato.
El documento no solo debe contener los datos del inmueble objeto de arrendamiento. Además, deberás incluir en la redacción la cantidad estipulada en concepto de renta -así como las subidas previstas y acordadas por las partes- y la fianza que deberá ser depositada en una oficina pública.
Establece la duración del contrato de alquiler
Otro aspecto clave para redactar correctamente un contrato de alquiler es tener claro cuánto tiempo quieres ceder el uso de tu vivienda a cambio de la renta. Aunque es una cuestión que, por lo general, se pacta entre arrendador y arrendatario, debes saber que está regida por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que, desde hace ya un par de años, también se vio modificada por la entrada en vigor de la Ley de Arrendamiento Ley 29/1994, de 24 de noviembre, y su posterior modificación en virtud de la Ley 4/2013, de 4 de junio, y el Real Decreto Ley 7/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler.
En este sentido, la norma establece que la duración mínima del contrato de arrendamiento pasa de tres a cinco años, además de contemplar una prórroga tácita de tres años para personas físicas salvo en el caso de que alguna de las partes indique su intención de no renovarlo. Con todo, siempre es posible llegar a acuerdos entre particulares que, en cualquier caso, deberán quedar reflejados en el contrato de alquiler indicado tanto la fecha como la duración del mismo.
Los firmantes
Propietario e inquilino son las dos personas que inexorablemente deben figurar en el contrato de alquiler. En este caso, antes de redactar el documento es importante asegurarse de la solvencia de los futuros inquilinos. Hay empresas que se encargan de realizar estudios de viabilidad a este respecto, sobre todo, si tienes en mente contratar un seguro de impago de alquiler.
No obstante, también puedes salvar este capítulo solicitando las últimas nóminas, contrato de trabajo o declaraciones trimestrales en el caso de los autónomos. Sea como fuere, una vez elegido el candidato ideal, habrás de incluir todos sus datos en el contrato de alquiler que redactes.
Condiciones pactadas previamente
Para que la redacción del contrato de alquiler no dé lugar a errores, lo ideal es negociar las condiciones con el inquilino. Aunque como propietario puedes imponer ciertas consideraciones básicas, hay aspectos susceptibles de negociación. Por ejemplo, la aceptación o no de mascotas, la posibilidad de subarrendar habitaciones…
Todo ello debe quedar reflejado en el documento como también deben estarlo los aspectos relativos al pago de la comunidad e impuestos, qué ocurre en caso de realizar obras de reforma mientras esté vigente el contrato de alquiler…
Revisa el contrato antes de firmar
Redactar un contrato de alquiler correctamente no siempre resulta sencillo, sobre todo, si desconoces aspectos como la normativa vigente o los derechos y obligaciones exigibles a propietarios e inquilinos.
Por eso nunca está de más solicitar la revisión por parte de un experto e incluso, consultar con el seguro de la casa si, entre las coberturas, se incluye la redacción de este tipo de documentos o la posibilidad de hacer consultas legales.