La economía circular en la edificación es un enfoque que busca repensar la forma en que diseñamos, construimos y gestionamos los edificios para reducir al mínimo el impacto ambiental, optimizar el uso de los recursos y prolongar la vida útil de los materiales. En lugar de seguir el modelo tradicional de “extraer, producir, usar y desechar”, la economía circular propone un sistema donde los materiales se reutilizan, se reciclan y se revalorizan siempre que sea posible.

En la construcción de viviendas de obra nueva, esto implica:

Diseñar pensando en la flexibilidad, durabilidad y desmontabilidad.

Elegir materiales con bajo impacto ambiental y potencial de reutilización o reciclaje.

Apostar por sistemas constructivos que generen menos residuos y faciliten su gestión responsable durante y después de la obra.

Promover la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables para reducir el consumo de recursos.

¿En qué consiste la regla de las tres “R”s y cómo se aplicaría a la edificación?

La regla de las tres «R» —Reducir, Reutilizar y Reciclar— es un principio clave de la economía circular:

1. Reducir:

   • Minimizar el consumo de recursos naturales en la construcción.

   • Diseñar con eficiencia para generar menos residuos y emplear materiales de menor impacto ambiental.

   • Optimizar la cadena de suministro y los procesos constructivos.

2. Reutilizar:

   • Aprovechar materiales o elementos constructivos que provienen de otras obras o demoliciones.

   • Diseñar para que componentes como fachadas, tabiques o instalaciones puedan reutilizarse en el futuro con facilidad.

3. Reciclar:

   • Separar y tratar los residuos generados durante la construcción para convertirlos en nuevos recursos.

   • Utilizar materiales reciclados, como áridos reciclados o productos con contenido reciclado certificado.

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