La huella hídrica de los edificios hace referencia a la cantidad de agua que consume un edificio durante su ciclo de vida.

La huella hídrica es un concepto clave en el ámbito de la sostenibilidad que mide el volumen total de agua utilizado, directa e indirectamente, en los procesos productivos, incluyendo la construcción. En el sector inmobiliario, este indicador adquiere una gran importancia a medida que buscamos minimizar el impacto ambiental y promover prácticas más sostenibles.

¿Qué es la huella hídrica en la construcción?

La huella hídrica en el sector de la construcción se divide en dos categorías principales:

–La huella hídrica directa: Se refiere al agua utilizada directamente en la construcción del edificio y durante su uso, incluiría como ejemplo, el agua consumida para la preparación del terreno, y la creación de materiales como el cemento y por supuesto lo que se consume con la limpieza, lavado y calefacción del edificio durante su vida útil.

–La huella hídrica indirecta: Incluye el agua utilizada para producir materiales. Por ejemplo, el agua necesaria para producir la madera que se utiliza en las obras o la que se utiliza para la implantación de vegetación en las zonas comunes del edificio.

La gestión adecuada de la huella hídrica en la construcción es clave para garantizar un futuro sostenible. Reducir el consumo de agua en cada fase del proceso constructivo no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también permite mejorar la eficiencia operativa de los edificios. En nuestra promotora inmobiliaria, adoptamos soluciones que minimizan el uso de agua, como la instalación de aireadores en grifos, sanitarios de bajo caudal y la selección de plantas autóctonas que requieren menos riego. Estas medidas nos permiten garantizar un uso más eficiente y responsable de este recurso esencial.

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