Por qué Sevilla es la ciudad más bonita del mundo

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12 marzo, 2018 · 8 mins de lectura

Sevilla tiene un color especial, decían ‘Los del Río’. También decían que le dieras a tu cuerpo alegría, Macarena, pero eso no viene muy a cuento para el tema a tratar. Y es que, a pesar de lo manido de la frase, pocas maneras mejores podréis encontrar para definir a la capital de Andalucía. Sevilla nada entre arraigadas tradiciones y el despertar de una ciudad europea y cosmopolita (como Barcelona, que es muy europea) que recibe a los foráneos (como yo) con los brazos abiertos. Sevilla es sol y volantes, albero y guitarra española, cervezas, azahar, folclore y duende. Porque en Sevilla los clichés dejan de ser clichés y se transforman en el alma de una ciudad que, como su húmedo calor, se te pega a la piel para siempre. Y hay muchos que todavía no conocéis:

Geografia

  • Sevilla se encuentra situada en la depresión del Guadalquivir. Por eso si en agosto a las 11 de la noche y con 30ºC le dices a un sevillano que abra la ventana para que corra el aire, se reirá en tu cara.
  • Es difícil que esto pase porque en agosto nadie está en su casa a las 11 de la noche en Sevilla.
  • En agosto la ciudad de Sevilla se traslada por vacaciones a Matalascañas y a Chipiona. Con la Giralda y todo.
  • El Guadalquivir cruza la ciudad obsequiando a los sevillanos con la oportunidad de tener más puentes que un funcionario y atardeceres con el reflejo de la Torre del Oro.
  • Sevilla no tiene mar porque no es cuestión de acaparar, pero tiene puerto. El Guadalquivir es navegable desde la ciudad hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda.
  • Si no tienes un barco siempre puedes alquilar un Pedalquivir y ponerte en forma.
  • O muy rojo si eres guiri.

En Sevilla los clichés dejan de ser clichés y se transforman en el alma de una ciudad que, como su húmedo calor, se te pega a la piel para siempre.

Turismo

  • Sevilla tiene el casco histórico más extenso de España y uno de los tres más grandes de Europa.
  • Todas sus calles llevan a tomarse una cervecita en El Salvador.
  • Todo el que vaya a Sevilla debe sentirse Lawrence de Arabia caminando por Casa Pilatos.
  • O la Reina Amidala paseando por las galerías de Plaza de España.
  • U olímpico intentando con poco éxito remar en una de sus barquitas para impresionar a los que miran.
  • O un poco inseguro paseando por debajo del Metropol Parasol intentando comprender cómo se mantiene eso en pie.
  • O la infanta Elena entrando en la catedral el día de su boda ante el clamor popular.
  • La catedral, construida sobre la antigua mezquita, es la tercera más grande del mundo, y se encuentra rodeada por gitanas vendiendo romero e intentando robarte la suerte. A su lado, los Reales Alcázares, un palacio árabe posteriormente reutilizado como palacio de los reyes castellanos.
  • Como veis, Sevilla es como una fiesta de moros y cristianos hecha ciudad.
  • La Giralda controla la ciudad desde las alturas y sus 104 metros de altura pueden ser recorridos mediante rampas para que pudieran subir a caballo.
  • Los sevillanos, por lo tanto, inventaron el ascensor.

Meteorologia

  • “La lluvia en Sevilla” también rima con “pesadilla”, pero dijeron “maravilla” porque, obviamente, no habían conducido una moto un día de lluvia por el empedrao del centro.
  • En Sevilla llueve solo 51 días al año de media. Muy pocos en comparación con Galicia y poquísimos en comparación con Seattle (EEUU), por ejemplo.
  • Estos días transcurren de manera habitual durante Semana Santa, unos días antes de la Feria de Abril (para acojonar) y días sueltos en los que lavas el coche.
  • Eso sí, cuando llueve, diluvia. De ahí que los sevillanos digan que “en Sevilla no sabe llover”.
  • El resto del año, Sevilla tiene un calor especial.
  • Con “especial” me refiero a que Frodo podría haberse ahorrado el caminito hasta el Monte del Destino y haber destruido el anillo lanzándolo al suelo en Sevilla en julio.
  • Sevilla es la única ciudad de España en la que puedes comprarte un cartucho de castañas asadas en La Campana y disfrutarlas en manga corta y bañador.

Gastronomía

  • Cualquier persona que visite Sevilla puede darse por comido con el olor a adobo de la calle Tetuán.
  • En Sevilla te pondrán un serranito y una Cruzcampo hasta en los estancos.
  • Sin embargo, es absolutamente imposible que dos sevillanos se pongan de acuerdo sobre qué debe llevar exactamente un serranito.
  • En Sevilla no hay mayor sensación de poder que comerse una papas con alioli desde el escalón más alto del Patio de San Eloy.
  • Los bebés en Sevilla nacen con un cubo de caracoles debajo del brazo.
  • Si a un sevillano le das a elegir entre la paz en el mundo y un cubo de caracoles con una cerveza, te dirá que el mundo no está tan mal.
  • Una tapa en Sevilla llena lo mismo que un buffet libre en cualquier otra ciudad.
  • En Sevilla comer antes de las 15:30 es tomarse el aperitivo.
  • No has tenido una experiencia hispalense completa si no has devorado un solomillo al whisky en La Cigala de Oro.
  • O si no has rozado la hiperglucemia con los helados de Rayas.
  • Lo único que puede sustituir a una Cruzcampo fresquita para un sevillano es una jarra de rebujito.
  • El rebujito no emborracha, solo te pone contento.
  • La receta para la perfecta jarra de rebujito es:
    a) si es la primera jarra: 1/3 de manzanilla por 2/3 de Sprite.
    b) si es la segunda o la tercera: mitad y mitad.
    c) a partir de la tercera: un litro de manzanilla por cada tapón de Sprite. Y después, otro chorrito de manzanilla.

Porque como decía Antonio Gala: lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo… lo peor es que puede que tengan hasta razón.

Folclore y tradiciones

  • En Sevilla no hay encierros como en los Sanfermines, por mucho que se empeñe Tom Cruise.
  • La Macarena es más grande que Madonna, Lady Gaga, Rihanna y Britney Spears juntas.
  • Si eres sevillano, eres de una cofradía. Al igual que cuando eres español tienes que ser del Barça o del Madrid.
  • Ser de La Macarena o de La Esperanza de Triana es como ser Capuleto o Montesco. Del Betis o del Sevilla.
  • Una silla en la carrera oficial de Semana Santa es más codiciada que el trono de hierro de ‘Juego de Tronos’.
  • Si dices “la madrugada” en vez de “La Madrugá” puede que te echen de Sevilla. Y con razón.
  • Cuando no huele a azahar, Sevilla huele a incienso o a Feria.
  • De hecho puedes estar diciendo “ya huele a Feria” durante todo el año y la mayoría de la gente te dará la razón.
  • Todo el mundo puede componer unas sevillanas / Unas sevillanas / Todo el mundo puede componer unas sevillanas / Todo el mundo puede componer unas sevillanas.
  • La elección del traje de gitana es una de las decisiones más importantes en la vida de una sevillana. Más que elegir al padre de sus hijos.
  • Si una chica lleva un traje blanco con lunares rojos y muy tieso, hay un 90% de probabilidades de que no hable castellano.
  • Un hombre no tiene que saberse los pasos para bailar sevillanas, sólo hay que poner cara de saber y agarrar a tu compañera de baile siempre que se deje.
  • La mejor manera de quedar con alguien a quien no quieres ver en Feria es decirle que os veis “en la portada después del Alumbrao”. Y que tenga suerte.
  • La aldea del Rocío es un barrio más de Sevilla.

Sevillanía

  • Los sevillanos no tienen más fiestas que el resto de los españoles, pero las juntan en una semana, la llaman Feria y la dedican a bailar y a beber porque saben optimizar el tiempo libre.
  • En Sevilla un balón no se te va fuera de la pista, se “embarca”.
  • Un sevillano no usa abrigos, sudaderas, jerseys o rebecas, usa “chalecos”.
  • Un sevillano no va en pantalones cortos, va en “calzonas”.
  • Un sevillano no te dice “¿en serio?”, te dice “¿si o qué?”.
  • Triana es la Cataluña de Sevilla. Punto y aparte. Y el corazón que a ella va, nunca volverá.
  • Una de las personas más importantes de Sevilla es el negrito que se disfraza para vender pañuelos en La Palmera.
  • O La Pantojita.
  • Ni un sevillano hay sin un peluche de Curro.
  • Cuando florecen los naranjos, Sevilla huele mejor que el Zara Home.
  • En Santa Cruz, los geranios nacen solos en los balcones.
  • Todo el mundo se ha ido de fiesta con un grupo de sevillanos. Incluso puede que alguna vez fueran Siempre Así.
  • Todos los sevillanos te dirán que tienen la ciudad más bonita del mundo.
  • Porque como decía Antonio Gala “lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo… lo peor es que puede que tengan hasta razón”.

Aparte del clima, la comida, y la amabilidad de la gente, la ciudad te ofrece muchos momentos mágicos; el primer olor a azahar en primavera, los atardeceres desde la orilla izquierda del río, la doble floración de la jacaranda, la cervecita al sol de los viernes.

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